La Fosca es una de las grandes playas de la Costa Brava. Situada al norte del municipio de Palamós, es una de las más reputadas, limpias y tranquilas. Son muchas las actividades, tanto de mar como de tierra que uno puede hacer en la Fosca, relajarse junto al mar, visitar restos arqueológicos, caminar por el paseo marítimo, bañarse en una playa privilegiada, …
El primer muelle fue construido en el siglo XV, y tuvo que ser rehecho y mejorado en varias ocasiones, hasta que a finales del siglo XIX, una burguesía vinculada a la industria del corcho y el comercio marítimo, forzó el diseño de una nueva infraestructura capaz de dar refugio a los barcos de cabotaje y los primeros vapores, al tiempo que debía facilitar las operaciones de carga y descarga. Ligado a la industria floreciente del corcho, el puerto recibía y distribuía toda la producción, primero de témpanos, tras tapones, tanto la local como de la comarca.
El puerto nos evoca una historia de resonancias francesas, turcas, inglesas o italianas, siempre marineras. Explica el origen de la villa y señala su evolución. A partir de los setenta, la dimensión turística del puerto marca y empuja una nueva y fructífera actividad económica. El puerto sigue siendo el escenario de los fracasos y de los éxitos, de los retos que el futuro del sector marítimo y de la comunidad entera debe encarar.
Las ruinas del castillo de Sant Esteve de Mar están en el levante de la playa, en un promontorio de roca granítica que separa La Fosca, de cala de s’Alguer. Se desconoce, de manera precisa, la fundación del castillo de San Esteve. Si bien la primera mención documentada aparece en un pergamino del 1063 del fondo documental del monasterio de San Pedro de Galligants, el castillo habría sido construido sobre una villa romana que, probablemente también habría sido levantada aprovechando un asentamiento íbero.
El asentamiento humano en el término actual se sitúa en el dolmen de Montagut, en la cima del monte Montagut, donde la presencia humana, si situa entre el 2100 y el 1500 aC. El primer yacimiento documentado es el ibérico del Castillo , una ocupación que se formó al inicio del siglo VI aC, descubierto en 1935 por el conservador del Museo, Luis Barceló y Bou.
La romanización, iniciada con el desembarco del cónsul romano Marco Porcio Catón en la costa de Roses, el año 195 aC, también dejó huellas; todavía quedan algunas, en la colina de Sant Esteve de Mar.
Perdemos la pista de la comunidad del hábitat hasta las fechas que nos acercan a la vida del castillo de Vila-romano, alrededor del siglo X-XI. Quizás de poco tiempo después, está el castillo de Sant Esteve de Mar, ligado a los inicios de la población, ya que de su mano Palamós, como pueblo, entró en la historia.